Esto sucedió el 5 de agosto de 1923, en un encuentro jugado por la Liga Argentina de aquellos momentos (la que luego pasó a ser el campeonato profesional).
La historia transcurrió durante un partido entre Platense y Alvear, dos equipos que merodeaban los últimos lugares de la tabla y que necesitaban una victoria.
El desarrollo del juego era muy parejo y todos sufrían por lo que podría suceder. En un momento, ante la falta de custodia policial, un grupo de espectadores invadió la cancha para agredir al árbitro Francisco Maffioli.
Pero este antecesor no se dejó intimidar, sacó un revólver que guardaba dentro de su camisa y enfrentó a los hinchas que volvieron rápidamente a la tribuna.
Lo curioso es que una vez terminada la insólita situación, el árbitro continuó el partido como si nada hubiera pasado y culminó todo en cauces normales.
El resultado era lo de menos, pero los que estuvieron en ese encuentro nunca olvidaron a Francisco Maffioli que no sólo dirigía con el reglamento debajo del brazo, sino también con un arma.
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