Tirar La Pelota Afuera Y Otras Cosas.
A la luz de los últimos encuentros de fútbol que he visto -que son muchos y de todas las ligas de Europa y del mundo- me parece importante volver a hablar de fases de juego y temas de arbitraje, incluso corriendo el riesgo de ser pesado. Pero es por el bien del fútbol. Es también para volver a hablar del fair play que es indudablemente uno de los grandes esfuerzos que tiene que hacer el juego más universal.
Otra vez, y en esta ocasión para aliviar la conversación, tomaré el ejemplo del rugby para describir y comparar el comportamiento de los jugadores de ambos deportes y las decisiones que se aplican a las acciones más polémicas. En el rugby, cuando el juego se desarrolla y un hombre ha caído al suelo lesionado, la jugada sigue mientras entran en el campo masajista y médico para cuidar el lesionado.
Allí está la clave. El jugador de rugby no se cae al suelo lesionado por gusto. Y sabiendo que el juego va a continuar, no tiene tampoco interés en fingir. Pues a ver si podemos imaginar esto en el fútbol. Seamos irónicos e imaginativos como los futbolistas. Para solucionar el problema de tirar o no la pelota fuera cuando un jugador rival cae al suelo supuestamente lesionado, imitemos al rugby: entrarían entonces los servicios médicos mientras se sigue jugando. Ningún interés porque la acción sigue. ¿Pero qué inventar para sacar ventaja? Pues un segundo médico, un segundo masajista, una o dos enfermeras, unas camillas, según el grado de relevancia de la lesión, un fisioterapeuta, un psicólogo... y ¿por qué no? un nutricionista, todos estos asistentes médicos para llenar el campo de obstáculos e así impedir el buen desarrollo del contraataque adverso. Pura ironía e imaginación...
En el fútbol, efectivamente y por desgracia, no faltan recursos para perder tiempo. Es la famosa lesión fingida que permite evitar un contraataque letal del contrario porque se ha popularizado este falso fair play en el fútbol de echar la pelota fuera... para recuperarla porque el contrario tiene también que ser fair play y la devuelve. Ocurre que unos países no lo hacen, luchando contra este arma anti-fair play o porque en sus países no se les pasa por la cabeza de hacer teatro y se impone el fair play (Inglaterra y Alemania, por ejemplo). Pero si este problema no se resuelve por los propios conceptos nacionales o educativos, surgen abusos y hay goles que se marcan mientras esté en el suelo un jugador lesionado (o no). Cabe apuntar que al menos el 95% de los jugadores supuestamente lesionados y caídos en el terreno de juego, no lo están; y entre el 5% restante, la inmensa mayoría sólo sufre un golpe.
¿Entonces cómo resolver dicho problema bochornoso de nuestro juego? En el estado actual del espíritu del fútbol, en particular en los países latinos, desgraciadamente sólo veo una persona habilitada para poner orden y criterio: El árbitro. Una carga más para él, el pobre, que ya tiene bastante sólo con impartir justicia en el fútbol, pero que siempre debe controlar a jugadores que no le ayudan, interpretando el reglamento siempre al límite para ganar tiempo cuando les interesa.
Una responsabilidad más para los árbitros, probablemente porque la muchos jugadores no quieren cargar con sus propias responsabilidades que nos son otras que las de jugar... Tanto cuando se gana como cuando se pierde. Jugar.
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